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Viernes, 30 de mayo de 2014 
Diario Reforma, México
Heraldo Muñoz: Alianza con convergencia
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Llegar a México es abrazar una tierra de acogida con la que Chile tiene una deuda de gratitud imperecedera. Aquí encontraron refugio miles de exiliados de mi Patria durante los años más oscuros de la dictadura de Augusto Pinochet.

La restauración democrática en Chile abrió un capítulo vigoroso y creativo en nuestras relaciones bilaterales con México que ha comprendido la concertación política, la integración económica y un animado diálogo cultural. Todos los espacios y foros multilaterales han visto la cooperación estrecha de nuestras diplomacias, desde la promoción de los derechos humanos, la financiación del desarrollo, el desarme nuclear, así como durante los periodos en que hemos coincidido en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Nuestros procesos nacionales han estado marcados por una profundización de la democracia y por políticas públicas apuntadas a sociedades más prósperas, inclusivas y justas.

En el ámbito comercial y económico nuestras relaciones han experimentado un progreso sostenido: el comercio bilateral se ha más que triplicado desde que conviniéramos un Tratado de Libre Comercio, en 1999. Pero estas relaciones recibieron un impulso aún mayor en el año 2007, cuando perfeccionamos un Acuerdo de Asociación Estratégica que ensancha los horizontes de nuestra vinculación, que hoy comprende diversos intereses comunes en los planos bilateral, regional y global. La administración de la Presidenta Michelle Bachelet se propone no sólo continuar con ese empeño, sino multiplicar las iniciativas de complementación, incluyendo los ámbitos de la educación, la ciencia y la innovación donde hay enormes beneficios económicos y sociales que cosechar.

La Alianza del Pacífico, que construimos con Colombia y Perú y que hoy concita el interés de numerosos observadores y socios potenciales, nos ha proporcionado un nuevo espacio de convergencia y cooperación económica de cara al océano que se perfila como el escenario del futuro. El compromiso de Chile con esta empresa permanece invariable: continuaremos avanzando su ambiciosa agenda comercial, convencidos de que la liberalización y la expansión del comercio -en el marco del más fluido movimiento global de personas, bienes y servicios- es una herramienta poderosa para derrotar la pobreza y la desigualdad.

Pero también podemos converger junto a otros Estados de la región latinoamericana en el desafío de la integración. A nuestros países les irá mejor en el escenario internacional si actuamos concertados desde una región con identidad propia, más allá de sus diferencias.

Chile avizora para la Alianza del Pacífico una vocación todavía más ambiciosa, que le permita desplegar su potencial como instrumento de integración regional. Para ello debemos hacer un esfuerzo para junto a otros países explorar proyectos de convergencia e integración en aquellos ámbitos donde tengamos visiones comunes. La Alianza tiene condiciones de transformarse en un puente para toda la región en dirección al Asia-Pacífico.

Es claro que en nuestra América hay una diversidad de opciones de política económica, de modelos de desarrollo que -mirados con una perspectiva constructiva- ofrecen oportunidades para la convergencia. Chile valora la diversidad, pues ella es expresión de la riqueza histórica, política y cultural. Converger en la diversidad es un imperativo dictado desde el realismo político. Nuestra mirada de la integración no es ideológica y creemos que nada ganamos estigmatizando algunos de los caminos que a ella conducen. En lo que toca a la Alianza del Pacífico, coincidimos con lo expresado por el Presidente Enrique Peña Nieto quien, escribiendo en El Mercurio de Santiago, el 11 de marzo pasado, decía que "la Alianza del Pacífico es un mecanismo abierto e incluyente de cooperación ampliada que puede ser la clave no sólo para profundizar nuestra relación, sino también para llevar a nuestros pueblos hacia una mayor calidad de vida".

Con esta inspiración Chile propondrá a sus socios en la Alianza del Pacífico ideas para una convergencia en la diversidad. Se trata de discutir iniciativas de corto, mediano y largo plazos, que identifiquen áreas de natural convergencia, en las que existen visiones similares entre los países de la región. Podemos avanzar en la facilitación del comercio, movilidad de personas, integración física y turística, cooperación científico-tecnológica, entre otras, donde el acervo común de la Alianza del Pacífico ofrece diversos nichos temáticos para la convergencia. La historia nos enseña que los momentos de unidad han sido la mejor garantía para la autonomía y el progreso.

El autor es ministro de Relaciones Exteriores de Chile.